Desde 1999, con el Consejo Europeo de Tampere, se ha destacado la necesidad de una política común de asilo e inmigración, haciendo énfasis en la cooperación con los países de origen y tránsito para abordar fenómenos como la trata de seres humanos y la migración irregular. A lo largo de los años, estas políticas han evolucionado hacia un modelo basado en un mayor control de fronteras, la externalización del refugio y la creación de mecanismos de gestión compartida entre los Estados miembros.
Accede a la noticia completa
Fuente: SIT SPAIN