Los costes de alimentación son un componente básico de los gastos cotidianos, y sirven como indicador económico fiable de las tendencias más globales en el coste de vida. El seguimiento de estas tendencias permite anticiparse a los cambios económicos globales, con lo que es posible ajustar de forma proactiva las estrategias de compensación y movilidad para mantener la competitividad y controlar los costes.
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Fuente: Mercer