A principios de siglo, España se convirtió en uno de los destinos más deseados para el talento internacional. Su calidad de vida, clima, cultura y excelente infraestructura hicieron de ella un lugar atractivo para los directivos que ambicionaban una experiencia internacional. Eran los conocidos como expatriados o expats, cuya empresa cubría todos los gastos de su traslado, así como ellos mantenían su residencia fiscal en su país de origen.
Sin embargo, en los últimos años y especialmente tras la pandemia, los beneficios asociados al traslado internacional han evolucionado significativamente.

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Fuente: BRS Global Mobility