Mario tiene 36 años, es mexicano, ingeniero con 12 años de experiencia y varias expatriaciones y proyectos internacionales a sus espaldas. De hecho, ahora le han propuesto marcharse a Emiratos Árabes para formar al equipo de operarios local. Pero podrían haberle propuesto para España, o Francia, o EEUU, o a cualquier país donde su empresa desarrolla su actividad.
No nos engañemos, la operativa migratoria, burocrática y logística de un desplazamiento no es nada desdeñable y necesita ser cuidadosamente planificada desde RRHH y asesorada por profesionales. Gestionar las necesidades de negocio en tiempo y forma con los tiempos y los requisitos de la administración, previsión de costes… suficiente tiene ya RRHH.
Por lo tanto, Mario, a pesar de tener experiencia en asignaciones internacionales, siempre tiene dudas e incertidumbres:
¿Podrá acompañarle su pareja a Emiratos aun sin estar casados? ¿Podrá ella continuar trabajando, aunque sea en remoto, para no truncar su ascenso? Le tienen que operar de la rodilla, ¿cuáles serán sus garantías sanitarias? Su hijo está a punto de comenzar la escuela infantil, ¿cuáles son las opciones de escolarización en Emiratos? ¿Cómo se llevará con el equipo local? ¿Es multicultural? ¿Habrá muchos choques culturales?…
La lista podría continuar, y las preguntas cambiarían en función de las circunstancias vitales de Mario y del proyecto que su empresa le haya ofrecido.
Sin embargo, Mario no es una persona real. Mario es solo un arquetipo del talento internacional que se desplaza por el mundo por motivos profesionales. Sí, lo sabemos, las circunstancias de Mario podrían ser mejores, pero también podrían ser mucho peores.
No hay movimiento internacional que no impacte en la vida de las personas, y por lo tanto en la previsión y en el desarrollo de las actividades de la empresa que desplaza.