Las empresas ante todo deben plantearse si la necesidad de la repatriación de su talento está justificada y resulta acorde a las estrategias corporativas de expansión. Porque no solo se trata de necesidades, las empresas también deben valorar las obligaciones legales y fiscales que afectan a cualquier desplazamiento internacional como permisos de trabajo; impuestos aplicables en el país de origen y en el país que acogerá al empleado; y consecuencias de carácter laboral y que afecten a la Seguridad Social, entre otros.

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Fuente: Gesdocument